En ECO, las actividades vanguardistas ocurren con una actitud de colaboración e integración dentro de un espontáneo sentimiento de camaradería y optimismo.
Este espíritu se origina al aplicar la metodología de formación de equipos inteligentes a los grupos de personas con intenciones de disfrutar su tiempo de mutua dedicación.
La colaboración efectiva, las herramientas de comunicación, el liderazgo cooperativo, la creación de métodos de aprendizaje, de trabajo y creatividad eficientes se aplican en las tareas comunitarias que se proponen como parte misma del sencillo acto de reunirse, y ello origina una incorporación vivencial, no teórica, de los principios formativos de equipos inteligentes.
Con la eficacia de la acción compartida, la escucha del sentir corporal, la aplicación concreta del ambientalismo, la actitud sana y amistosa... generamos un contexto optimista y gozoso en el que cada persona nos integramos naturalmente a un equipo que realiza una tarea específica dentro de la comunidad, sin exigencias, motivados por la dedicación a los demás y a una visión que tiene sentido en este tipo de humanismo ab-originario.
En los deportes en equipo, el desafío es expresar lo mejor gozando de la dinámica en juego. Desde ya la meta no es vencer sino la creatividad, coordinación y la renovación de las dimensiones sociales con mayor capacidad de expresión.
Así competencia y exigencia son desterradas del cuerpo, ya no más motores del esfuerzo colectivo ni tampoco postergadores de la satisfacción, la cual luego aparece derivada en la apropiación y la dominación de fuerzas naturales y otras personas. Evitamos así la fetichización y la frustración.
Desde los talleres de sexualidad, a jardinería y huerta orgánica, desde tareas de mantenimiento edilicio a deportes náuticos, en esta vanguardia entrenamos diariamente creando inteligencia social para integrarnos humano a humano en dimensiones de gran profundidad. La vida comunitaria así es plena y gozosa.
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